procesos productivos del aluminio

Orden en los procesos productivos del aluminio

¿El orden de los factores altera el producto?

Desde niños nos han hablado de la regla de la propiedad conmutativa, que dispone que cuando sumamos o multiplicamos dos o más factores no importa el orden, ya que el resultado de la operación siempre será el mismo. Hay acciones, tareas e incluso algún comunicado que se realizan sin tener también en cuenta la ordenación.

Sin embargo, cuando hablamos de un producto a partir de un perfil de extrusionado de aluminio sí que importa. El orden de los procesos de mecanizado, lacado y anodizado dependerá de las características del pedido y de los requerimientos del cliente.

No es lo mismo mecanizar un perfil que esté en bruto y, seguidamente, darle un acabado a través del proceso de lacado o anodizado, que hacerlo al revés dejando el proceso de mecanizado de último. Entonces, ¿Cuál sería la diferencia?

Un perfil de aluminio, si se lacado o anodizado y luego se mecaniza, en las zonas de corte se eliminaría el acabado superficial y se dejaría al descubierto el metal. Por el contrario, si primero tiene lugar el mecanizado y después el lacado o anodizado, se conservaría el acabado.

En el caso de las piezas cortas, la óptima opción, aunque también la más costosa, es que se realice el anodizado o lacado de forma individual para evitar que, si se lleva a cabo el mecanizado después, no se deriven zonas sin pintura.

Otro escenario posible es cuando la pieza final necesita un acabado superficial en todo su contorno (exceptuando la zona de corte) y no puede llevar marcas. Para ello, primero se debe mecanizar, luego anodizar o lacar, según el acabado prescripto y, posteriormente, devolver el perfil al mecanizado para realizar un corte ajustado a la medida definitiva de la pieza, eliminando las marcas de sustentación resultantes de aplicar los procesos de acabado superficial.

Además, existe una situación especial y más laboriosa, que se lleva a cabo previa solicitud del cliente, que es el caso de los taladros con rosca. Estos tienen zonas en las que se insertan tornillos y no pueden contener pintura, por lo que durante el proceso de lacado o anodizado esos agujeros deben taparse con los propios tornillos o algo similar para que no adquieran ningún acabado.

Por tanto, dependiendo de las necesidades del cliente, en Extrugasa nos adaptamos a sus peticiones desarrollando un trabajo personalizado. En este sentido, las áreas técnico-comercial siempre aportan su experiencia a los diferentes productos orientando al cliente de cara al orden de los procesos que se ajusten a sus requerimientos, confiriendo un mejor resultado final.

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